23 de Diciembre, 2025
Las exportaciones agroindustriales consolidaron una recuperación durante 2025 y volvieron a confirmar el rol estratégico del sector en la generación de divisas, empleo y actividad económica. Detrás de estos números, el trabajo diario de los productores y la necesidad de seguir apostando a la eficiencia y la tecnologÃa.
El sector agropecuario argentino volvió a demostrar durante 2025 su capacidad para sostener y potenciar la economÃa nacional. En un escenario desafiante, marcado por la volatilidad climática y los cambios en los mercados internacionales, las cadenas agroindustriales consolidaron una recuperación que impacta de manera directa en el ingreso de divisas, el empleo y la actividad económica a lo largo de todo el paÃs.
Con una suba del 8,8%, las exportaciones agroindustriales mostraron una tendencia claramente positiva durante el año. Según datos del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), entre enero y noviembre de 2025 el sector generó 46.456 millones de dólares, lo que representa 3.763 millones de dólares adicionales respecto del mismo perÃodo del año anterior. Este crecimiento confirma el rol central del agro como motor de la economÃa y como principal fuente de dólares genuinos para la Argentina.
Más allá del impacto en el comercio exterior, el aporte del sector se refleja en múltiples dimensiones. En su último informe, la Bolsa de Comercio de Rosario explica que las cadenas agroindustriales son responsables de alrededor del 20% de la economÃa argentina, generan uno de cada cinco puestos de trabajo privados, aportan cerca del 20% de la recaudación del Estado nacional y concentran tres de cada cinco dólares que ingresan al paÃs por exportaciones. Son números que dimensionan la importancia estructural del agro y su efecto multiplicador sobre el resto de las actividades.
Este desempeño no es casual. Detrás de cada tonelada producida y exportada hay planificación, inversión, gestión del riesgo y una fuerte capacidad de adaptación. En los últimos años, los productores debieron enfrentar eventos climáticos extremos, mayores costos y escenarios de alta incertidumbre, lo que volvió indispensable tomar decisiones cada vez más precisas y eficientes.
En este contexto, la Agricultura de Precisión se consolida como una herramienta clave para sostener y mejorar la productividad. Medir, analizar y gestionar la variabilidad dentro de los lotes permite optimizar el uso de insumos, cuidar el suelo y reducir brechas entre los rendimientos actuales y el potencial productivo. La información se transforma asà en un activo estratégico: el dato no solo explica lo que pasó, sino que ayuda a decidir mejor hacia adelante.
Desde Formagro, acompañamos este proceso trabajando junto a productores, asesores y empresas en la incorporación de tecnologÃas aplicadas, como mapas de productividad, muestreos de suelo por ambientes, aplicaciones variables y monitoreo de cultivos. Creemos firmemente que la información bien utilizada hace a los sistemas más eficientes, más sustentables y, sobre todo, más rentables.
El balance del año vuelve a dejar una conclusión clara: cuando el agro crece, la economÃa se fortalece. Y ese crecimiento se construye todos los dÃas, con el esfuerzo de los productores y con decisiones basadas en datos, conocimiento y tecnologÃa.
En Formagro seguimos comprometidos en acompañar ese camino.
Avanzamos en el monitoreo inteligente del riego para mejorar la eficiencia hÃdrica y la toma de decisiones en tiempo real.
En conjunto con AgroNorte John Deere y Lory Maquinarias, completamos un proceso de innovación que comenzó en 2024 con la instalación de monitores de rendimiento en cosechadoras de yerba mate. Hoy, esa visión se concreta con la primera aplicación variable de nutrientes realizada con drones, marcando un hito en la modernización del cultivo más emblemático del noreste argentino.
El proyecto de Presupuesto 2026 reveló una cifra alarmante: entre 2014 y 2023, el agro argentino perdió 33.400 millones de dólares
La Jornada Participativa Agropecuaria de Tandil 2050 dejó importantes consensos para el sector cerealero y oleaginoso, destacando la necesidad de innovación tecnológica, trazabilidad, infraestructura y sustentabilidad como bases para el crecimiento.